[...] Por eso es por lo que, naturalmente, esta rebelión, este hacer del
hablar que aquí nos traemos, no puede provenir de la persona de uno de
ninguna manera, no puede provenir de su alma, del alma o personalidad de
uno, sino de algo que hay a pesar de todo en nosotros, gracias a que no
estamos del todo bien hechos y cerrados, y que no mira a ningún futuro,
pero no aguanta las mentiras mientras puede todavía hablar y decirles NO.
Así de simple es la cuestión, salvo lo que vosotros veáis, lo que vosotros
me hagáis sentir también. De momento se trata de eso: una parte de
nosotros, la parte de arriba, “el alma” digamos, con ese término anticuado
(la persona, la personalidad, o “el yo” sobre todo, con ese artículo
mortífero que a mí se me pone cuando se habla de “el yo” y de “mi yo”,
puede comprenderse tranquilamente en este término anticuado: el alma), el
alma es, de por sí, obediente, contentadiza, le han enseñado un límite, que
es el Futuro (“Te vas a morir mañana”), ha aceptado, el alma ha aceptado
esto, es parte de la fe —¿no?—, es parte de la fe esto, “Te vas a morir
mañana”, y de ahí se desprende todo lo demás, y por tanto no es de ahí de
donde se puede esperar que venga nada contra el Orden, contra la mentira.
Lo que pasa es que el alma, al alma le pasa... como le decía aquel maestro
de obras que una vez le estaba haciendo a Isabel una casa (lo decía del
agua): el alma también tiene el jocico muy fino (lo decía él del agua y de
los males que hacía). El alma tiene el hocico muy fino, es decir, que
naturalmente se va colando por todo el resto, y puede llegar a hacer las
cosas más corporales que podáis imaginar, tanto en el plano de la
enfermedad como en cualquier otro plano: de eso tenéis todos esperiencia.
Lo que suele llamarse “enfermedades” es tal vez el ejemplo más claro de
cómo el alma tiene un hocico muy fino y se cala hasta lo más hondo.
Cualquiera de las contradicciones y aflicciones que son propias del alma de
uno (porque no puede menos de tenerla, puesto que se nos hace vivir en la
mentira, y viviendo en la mentira no se puede tener más que eso),
cualquiera de esas aflicciones, contradicciones y conflictos del alma, se
puede colar al hígado, a los riñones, a la punta de los pies y a cualquier
sitio, y producir los efectos que todo el mundo conoce y que la medicina
trata de curar (siempre mal, porque la toma por el medio, la toma cuando ya
el alma se ha colado y ha hecho su mal, y por tanto ya en general es
siempre muy tarde, muy tarde: no se parte de intentar matar la muerte, que
estaba arriba), pero así es, y yo creo que podéis, sin necesidad de sacar
más ejemplos, partir de éste de la enfermedad para entender lo que aquí se
está diciendo.
De manera que el alma es obediente, y carga por tanto con todos los
conflictos que una mentira trae consigo, se los traga, los compone, mal que
bien, con unas cuantas ideas que se hace para ir tirando hasta que llega el
cumplimiento de la promesa, la muerte, de la que nacía todo, ¿no? No es de
ahí. Y del cuerpo sólo puede partir algo de esta repugnancia contra la
mentira, esta rebelión contra la mentira que la Realidad nos impone, cuando
no está del todo enfermo. Si está penetrado, como he mostrado, por el alma,
que lo penetra todo, tampoco del cuerpo puede venir nada nuevo. De manera
que nuestra única confianza, lo que aquí nos mueve, es que el proceso ése
de imposición de la mentira, de los ideales, de las verdades, sobre la
Realidad, no está terminado nunca, ni en general, ni en cada una de las
cosas, ni en cada uno de nosotros: no está terminado nunca; nunca se acaba
de estar perfectamente enfermo, obediente, sumiso, creyente; nunca se
consigue del todo. Esto ya lo hemos recordado varias veces, está
demostrado: por los medios tienen que predicaros la Realidad todos los
días. ¿Por qué? ¿Por qué tienen que desarrollar cada vez más Televisión y
más cosas por el estilo para contaros cada día cómo es la Realidad, la
futura y la pasada, da lo mismo, toda? Pues porque no están del todo nunca
seguros de que la Fe se ha cumplido y de que os lo creéis de verdad del
todo. De manera que esta misma necesidad de la renovación de la información
os da el testimonio más inmediato que puede ayudar en esta confianza de que
nada está hecho del todo, nunca, que siempre quedan residuos, y es de eso,
de lo que nos queda de (no lo llamaré ya “cuerpo” que es como lo llama el
alma), lo que nos queda de cosa, no del todo sometida, más o menos
desconocida, es de ahí de donde puede venir esta rebelión y este juego que
aquí nos traemos de decir ahora No a las mentiras que nos están diciendo
Sí. Sólo de ahí. De manera que, si tiráis por este camino, si tiráis por el
mal camino, dad gracias de que no estáis bien hechos del todo. Bueno, con
esto me voy a callar. Hay bastante para que hayan surgido, supongo, muchas
protestas o curiosidades o lo que sea, que permitan que os oiga hablar un
poco de cualquiera de las cosas que he ido sacando.
[...]
- Yo venía esta tarde a hablar del gato de Schrödinger, que parece ser que
es un gato que está dentro de una caja, hay una espita que libera un gas
tóxico, y como la caja está cerrada, no se sabe si el gato está muerto o
está vivo. Parece que esto plantea una paradoja a la Física Clásica,
imposible de resolver. Pero me interesa más, si me permites, y sin querer
cambiar el tema, el tema de la enfermedad, el cómo el Poder utiliza la
enfermedad para acojonar a todo el pueblo, para introducir la Muerte como
una amenaza (la amenaza de muerte es lo peor), y precisamente hoy ha
fallecido mi madre, y bueno, pues da mucho que pensar. Yo te quería
agradecer todo lo que nos has enseñado. De todo lo que nos has enseñado, yo
creo que he aprendido muy poco, porque no consigo asimilarlo, pero,
investigando un poco sobre los nombres de la Muerte, y como tú eres el
mejor etimólogo que conozco y seguramente que el mejor de toda la historia,
porque el “que yo conozco” no es mucho decir, entonces te quería preguntar:
esta frasecita que ponen al final de un historial médico, que dice exitus
letalis, cuando investigas sobre la palabra ‘exitus’ parece ser que
significa ‘salida’ y ‘letalis’ pues ‘salida por muerte’. De momento y
hasta hoy la muerte, aunque sea tan temida y tan odiada, pues es la única
solución conocida a todo tipo de enfermedades; entonces, quería saber, ya
para concretar, y siendo éste el tema sobre todo, que me parece que es
utilizada la enfermedad y la muerte como una amenaza para someter a la
gente, si exitum tiene que ver algo con ‘éxito’, que tanto nos gusta a
todos el éxito, si la raíz, digamos, es la misma.
A.- Exitus. Es la misma palabra, sí. El gato de Schrödinger lo hemos usado
aquí. Si tienes curiosidad, a través de estas copias que ha ido haciendo
Teresa y los amigos, podrás encontrarlo (alguna vez lo estuvimos usando de
una manera muy pertinente). Te acompaño, te acompañamos en el sentimiento,
como suele decirse; y respecto a lo del exitus, es efectivamente
‘salida’, no quiere decir más que eso. Se ve que, cuando los médicos han
decidido añadir letalis, es que exitus, que ya se usaba como eufemismo
(también los latinos decían obitus, otra vez con la misma raíz del verbo
‘ir’, ob-itus, con otro prefijo), valía para eso, pero, por si había
equívoco, han añadido ese adjetivo letalis que ya encierra un nombre muy
curioso, segundo nombre de la muerte en latín, que es letum, aparte de mors mortis.
Y lo importante: no es la simple amenaza de la muerte, es la declaración de
la muerte futura lo que nos imbuye la fe, la fe en que las cosas son como
está mandado que sean, sin más; y entre ellas, en el caso de la enfermedad,
la cosa se vuelve flagrante: te han hecho creer en el cuerpo, en el cuerpo
ya denominado por el alma, te han enseñado, los médicos han aprendido a
tratar los órganos uno tras otro y todo eso; y esto, efectivamente, está
hecho para proteger del descubrimiento (un sicoanálisis verdaderamente
despiadado iría por ahí), el descubrimiento de los conflictos del alma de
los que nacen todas esas enfermedades. Te distraen; lo mismo que te
distraen con la compra y la venta de cosas que ya no son cosas porque son
productos de venta del Capital, te distraen con las enfermedades, y es una
distracción tremebunda. Los medios están llenos de eso, y las
conversaciones familiares están a veces más llenas todavía de enfermedad, y
se habla con los términos más o menos médicos, es decir, que está sirviendo
para proteger de otros descubrimientos y sirviendo para mantener la fe en
lo que está mandado, esa fe en la que todo nace de la promesa del futuro,
la muerte real, que es la que nunca está aquí, la que nunca está aquí; para
cada uno es futura, más o menos inminente, y cuando de uno se dice que se
cumple, ése ya no está, él ya no está, él ya pertenece al pasado, se ha
dado el trance ese de trasformación de lo futuro en lo pasado de que antes
hablábamos.
[...]
domingo, 10 de octubre de 2021
"El alma tiene el hocico muy fino"
Algunos trozos de la trascripción de la tertulia política de Agustín García Calvo del 5 de enero del 2011.
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